Mujeres
Su rol las define como
amigas, madres, esposas, profesionales, pero su labor diaria va más allá, se
convierten sin serlo en psicólogas, chefs, médicos, cantantes y deportistas.
Son mujeres de lucha muchas de ellas no tienen un título profesional, no han
ganado reconocimiento ni lo esperan, pero luchan cada día con las mismas ganas.
Las mujeres de mi vida pertenecen a este último grupo, la primera y más
importante mi madre, pequeña de estatura, de contextura delgada, vivaz y luchadora
con una gran fuerza de carácter, lo que evidencie hasta el último día de su vida,
me legó sus enseñanzas, su obstinación por lograr lo que se proponía, su
mirada, sus silencios, su ternura se mantienen cada día en mi corazón, siempre
positiva aun en los momentos más difíciles. Mi madre jamás se quejó de nada.
La segunda mujer de mi
vida y no por ello menos importante es mi abuela bondadosa y amigable, locuaz y
decidida, siempre estuvo rodeada de muchas personas que acudían en busca de su
ayuda, jamás dijo que no, siempre estuvo predispuesta a colaborar. De piel muy blanca y ojos vivaces, con una dulzura
contagiante, amabilidad sin límites e incansablemente solidaria.
A ellas les
siguen mis hermanas cada una con sus propias virtudes, la una alocada y risueña;
la otra pertinaz y luchadora. Están también mis amigas, las que siempre están
en las buenas y en las malas, las que aplauden mis triunfos y recriminan mis
equivocaciones. Se unen a ellas, tías, primas, sobrinas, jefa, que se
constituyen en ejemplos a seguir, como de seguro también las habrá en sus
vidas.
En este día
de la mujer y siempre reconozcamos sus virtudes, amándolas, respetándolas y
cuidándolas.
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