Tarqui, corazón comercial de Manta
El movimiento comercial
en la parroquia Tarqui es intenso a todas horas del día, en sus calles se
observa a miles de comerciantes que han encontrado aquí su lugar de trabajo
para ofrecer una infinidad de servicios. Alimentos, ropa, enseres para el
hogar, todo para la elección de los diversos usuarios que a diario copan sus
calles en busca del producto ideal.
Esta característica la convierte en el corazón comercial de Manta,
pero más allá de este intenso movimiento, Tarqui está llena de historias,
anécdotas y tradiciones y el sano orgullo de sus habitantes que celebran
alborozados este 9 de octubre, 85 años
de parroquialización.
El
cronista, periodista y docente universitario, Joselías Sánchez Ramos, reseña en
sus escritos cómo nació esta comercial parroquia.
En
1929, la ciudad de Manta para acceder a la categoría de cantón requería de por
lo menos una parroquia y se escogió a este sector de gran movimiento comercial,
conformada en ese entonces por el actual barrio La Ensenadita y Los Esteros.
Tarqui
se erigió como parroquia contando con una iglesia, un mercadillo, hotel Manabí,
la estación del ferrocarril y el colegio San José, la primera entidad educativa
secundaria creada en Manta.
Debido
a la sequía que en 1963 enfrentó Manabí, muchos de los campesinos de cantones
como Santa Ana, 24 de Mayo, Olmedo y otros llegaron a Manta en busca de mejores días, muchos de ellos se
quedaron en Tarqui.
Gloria Jaramillo,
moradora recuerda que la parroquia debe su nombre a la denominada Batalla de
Tarqui como un homenaje a esta epopeya. “Era entonces una comunidad muy
antigua, en su pequeño centro estaban las agencias de los comerciantes de
Montecristi y de los extranjeros que utilizaban el puerto para exportar tagua,
lana, sombreros, café y cacao, productos que traía el tren que llegaba a donde
es la Ensenadita”.
Margarita Mejía de
Kaviedes, menciona que en sus inicios en
este sector los habitantes transitaban por
calles de arena y disfrutaban de sus hermosas y limpias playas donde se podían
bañar sin ninguna preocupación.
Son 85 años de
parroquialización y se evidencia el desarrollo económico, turístico y comercial,
logrado con el empuje de sus habitantes, hombres y mujeres pujantes que han
aportado a su crecimiento.
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