Una partida inesperada
Decidió marcharse sin decir adiós. No recogió sus
cosas ni preparo las maletas, tampoco se llevó sus juegos más preciados, ni su muy
querido teléfono celular. Solo se fue y su partida deja un vació en los
corazones de quienes le apreciamos, de quienes supimos entender sus silencios, que eran parte de una coraza en la que guardaba a un gran y sensible
ser humano, una persona de detalles.
Su silla esta ahora vacía y justo
frente a mí, no puedo contener mis lágrimas por su ausencia, por el amigo, el
compañero con quien participé innumerables jornadas, solo quedan los buenos
recuerdos, las risas y los momentos compartidos.
Es que la vida es una larga
jornada que nos deja cada día innumerables lecciones, que nos presenta
problemas y desafíos que debemos lidiar, pero a veces ocurre que nos sentimos
cansados, exhaustos y sin ganas de luchar, es ahí cuando decidimos alzar
nuestras alas y volar.
No sé si ese sea el caso, no puedo
entender las razones, solo me queda aceptar la cruda realidad de saber que ya
no esta, solo puedo decirte hasta pronto mi querido amigo Paul, siempre te recordaré.
Comentarios
Publicar un comentario