Recorriendo San Cristóbal en Galápagos
Después de una hora cuarenta minutos de vuelo desde el aeropuerto de Guayaquil José Joaquín de Olmedo, la isla San Cristóbal en Galápagos nos acoge con su encanto. Los lobos marinos nos dan la bienvenida, parecen los dueños de esta pequeña ciudad de casi ocho mil habitantes. Se apropian de sus playas donde parecen confundirse con las rocas, se los ve en el malecón, en los parques, juguetean con los turistas pero desde su espacio, si se sienten invadidos se vuelven huraños. Unos saltan traviesos en el mar mientras otros retozan en la arena o entre las rocas, cae el atardecer en la isla y el espectáculo es maravilloso, así lo observamos desde Playaman, uno de sus balnearios más visitados por los turistas que llegan desde diversos destinos. Los turistas nacionales representan un pequeño porcentaje pues la mayoría de sus visitantes provienen de otros países de Sudamérica entre los que están argentinos, chilenos, colombianos; pero en mayor cantidad provienen de Estados Unidos y otros pa